dirty dancing

Menuda noche, sí señor. Nada salió como habíamos dispuesto y ahora, frente a su puerta, trato de juntar el arrojo necesario para asumir todas esas horas las que me escoltan hasta aquí.
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—¿Puedo entrar? —pregunto algo nerviosa y bastante algo más que avergonzada.

Desconcertado de verme allí, se hace a un lado para dejarme pasar y gracias a la visión del paisaje de sus pectorales apolíneos despojado de tela alguna paso por alto el desorden de la sala porque, madre mía, vaya desbarajuste.

Nos envuelve un silencio algo incómodo.

—Siento la manera en que te trató mi padre —atino a decir.
—Tu padre estuvo fantástico, fantástico de verdad… Esa forma de tratarla…
—Sí, pero me refiero a cómo te trato a ti. En realidad está enfadado conmigo… He venido… porque mi padre…
—No, no él la salvo. Yo no podría haber hecho nada parecido. Estuvo muy bien… Si la gente me desprecia es porque soy un don nadie.
—Eso no es cierto. No es así y no tiene porque ser así…
—Jamás he conocido a alguien como tú. Tú miras al mundo y crees que puedes mejorarlo, se pierde alguien y tú lo encuentras, alguien se desangra y…
—Sí, y voy a buscar a mi padre. Fui muy valiente, como tú has dicho.
—Hay que tener muchas agallas para avisarle. Creo, creo que no te asusta nada.
—¿A mí? ¡A mí me da miedo todo! Me da miedo lo que vi. Me da miedo lo que hice. Quien soy. Y especialmente tengo miedo de salir de este cuarto y no volver a sentir en toda mi vida lo que siento estando contigo…

Enmudecemos de nuevo. Me mira intensa y paulatinamente me recorre de pies a cabeza como si de una delicada acaricia se tratase. Esboza una sonrisa de medio lado y extendiéndome su mano declara:

—Ven, tengo toda una vida repleta de pequeñas cosas para ti entre las sábanas de mi deseo que haremos realidad en cada amanecer.

Permanezco paralizada. Me recuerdo que debo absorber y expulsar el aire si deseo continuar con vida y como me es posible le devuelvo un tímido ademán que se escapa de entre mis labios suscitando que su gesto se convierta en una amplia sonrisa, la que sabía de memoria incluso antes de contemplarla.

»UG TANANG UBAN PA, Abril 2015

manifiéstese a su antojo