dédalo

Cuenta la leyenda que cuando germina la concepción de una nueva vida en las entrañas de una matriz, primeramente, se confeccionan los tejidos del armazón que alberga al corazón en una urdimbre de incontables pasillos encauzados en dispares direcciones entrecruzándose entre sí, de los cuales solo uno acaudilla al mismo centro de la médula de la que se sustentan todos y cada uno de los organismos pluricelulares de la integridad total.

En el conciso aliento en que acontece el alumbramiento depositando en el regazo de la infinitud del cosmos la amalgama de carne y huesos que conforman al ser, este olvida por completo cuál de los incontables pasillos enfila directo al núcleo que bombea su existencia y en donde radica sus sentimientos, sus deseos, anhelos y pasiones condenándole a un danzar solitario a lo largo y ancho de un interminable aprendizaje.

Es en contadas ocasiones a merced de la acompasada vastedad de siglos, mundos, espacio cuando dos semejantes al colisionar sus realidades logran verse de verdad tal cual son sin artificios ni ornatos y, sincrónicamente, el brío de la ardentía peregrina conocedora del paso cierto a través del laberinto atiza el latido intensificado la magnificencia del estar y todo cobra sentido adueñándose del conocimiento conductor de volver de nuevo a sí mismo.

manifiéstese a su antojo