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Consummatum est (Juan, 19:30)

El desarrollo económico y político actual se caracteriza según el último informe del Worldwatch, más que por la victoria del capitalismo sobre el comunismo, por el consumismo que hoy domina la mente y los corazones de millones de personas, sustituyendo a la religión, a la familia y a la política. El consumo de bienes y servicios, por supuesto, es imprescindible para satisfacer las necesidades humanas pero cuando se supera cierto umbral, que se sitúa en torno a los siete mil euros anuales por individuo, se transforma en consumismo.

La sociedad de consumo se compone de unos 1.700 millones de personas sobre las 7.000 millones que poblamos este planeta gastando diariamente más de veinte euros, mientras tanto hay 2.800 millones de personas que tienen que vivir con menos de dos euros diarios (lo mínimo para satisfacer las necesidades más básicas) y 1.200 millones de personas viven con menos de un euro diario en la extrema escasez.

Consumismo y pobreza conviven en un mundo desigual, en el que no hay voluntad política para frenar el consumismo de unos y elevar el nivel de vida de quienes más lo necesitan. La clase de los consumidores comparte un modo de vida y una cultura cada vez más uniforme, donde los grandes supermercados y centros comerciales son las nuevas catedrales de la modernidad sustentadas y abastecidas por las llamadas fábricas del sudor del Tercer Mundo. Además de ser el consumo compulsivo de bienes la causa principal de la degradación ambiental y del calentamiento global. Pero a su vez, son las menos perjudicadas, puesto que cuentan con los recursos económicos necesarios para afrontar las consecuencias que está teniendo esta crisis ambiental de escala planetaria. Es decir, que más de 5.000 millones de personas están sufriendo sequías, inundaciones, desertización de la tierra, contaminación del agua, pérdida de biodiversidad, explotación laboral y demás perjuicios, únicamente para que 1.700 millones mantengan un estilo de vida y un nivel de consumo de bienes superior al que la Tierra puede soportar.

Hoy es necesario un nuevo paradigma basado en la sostenibilidad, lo que supone satisfacer todas las necesidades básicas de todas las personas y controlar el consumo antes de que este nos controle.

manifiéstese a su antojo