el anciano

Me gusta observar a la gente cuando se creen exentos de cualquier mirada indiscreta absortos en el cometido que les ocupa ejecutando los pormenores más cotidianos como engastar un clip en un rimero de folios, doblar una servilleta o acoger un cigarrillo entre los dedos.

Con asiduidad, acostumbro a arrellanarme en mi banco del parque contiguo al domicilio que habito recreándome del panorama que me asila.

(+leer)