pesquisa primera

Justo en el borde, ni más para adelante ni más para atrás; en el borde.

En un primer peritaje se evalúa el calado del charco tomando diferentes patrones de profundidad con el remate de un calzado tipo manoletina. Sin vacilación con el pie se efectúan oscilaciones breves y concisas obteniendo un muestreo fidedigno de una estimación sin aforo de equívoco.

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el paraguas

—¡No te olvides el paraguas!

Y dale con el paraguas. Mira que se lo he explicado por activa y por pasiva pero no hay manera que le entre en esa cabezota que a las 16:00 horas de una tarde de pleno mes de verano sito en el sudeste de la zona suroeste de la península ibérica realizando una ruta a través de un primoroso secarral de más de diez kilómetros por una trocha de cabras con una cota máxima de casi mil metros y con un desnivel de subida acumulado de unos trescientos metros, además de molesto, en el hipotético supuesto de una deshidratación severa lo menos provechoso es un bruno paraguas a modo de sombrilla.

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pánico

No lo puedo precaver por más tiempo, ya no puedo. Menos aún después de aseverarle que de esta noche no pasaba y, bajo ningún subterfugio, contemplo la mínima disyuntiva de conculcar a mi acuerdo.

Así que venga, no lo pienso más. Apago la luz y rauda como una centella me empiltro bajo las sábanas. A la de tres; una… dos… dos y media… dos y tres cuartos… yyyyy ¡tres!

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la eta

Archivé la invitación en su portafolio de piel marrón, ese que le regalé en nuestro desposorio y que siempre se negó a usar reservándolo para mejor ocasión, junto con las otras dieciséis parejas correspondiente a los últimos dieciséis octubres. Religiosamente. Como cada año.

Es absurdo como a veces nos aferramos a una práctica de lo más ridícula con el único cometido de preservar intacto el desierto del abandono y que nadie, ni nada, nos va a devolver.

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